jueves, 1 de junio de 2017

Dierkunde en Entomologie

Subiendo desde la calle al primer piso, y mirando a la derecha, este es el aspecto de la puerta que da acceso al Departamento de Zoología y Entomología. La vidriera, con un ñu de cola blanca y un korhaan en primer término, ambos animales típicos del entorno bloemfontiano; la vidriera como digo le da un cierto aire clásico al departamento ya desde la entrada. Que le pega bastante, pues los profesores (todos afrikánerers, menos mi jefe) son en su mayoría de edad provecta. Yo, que en mis prejuicios me esperaba un departamento un tanto africanizado, en el peor sentido de la palabra (madre mía, me estoy metiendo en un jardín que ni Rosa Díez..); me he encontrado en cambio con el Departamento de Zoología de la Complutense... del siglo pasado. Tiempo habrá de abundar más en esto...

El Departamento, cada uno de los tres pisos que ocupa (la otra ala de nuestro edificio es de los botánicos, ¡buuuhhhh!), se compone básicamente de un largo pasillo, con laboratorios y despachos a los lados...y terrarios a intervalos regulares.

Dichos terrarios contienen en su mayoría ¡tarántulas!, como esta que veis aquí, acechando desde detrás de su cuenquito con agua al incauto grillo que está sobre la piedra. Hay también algunos herpetos, que ahora que llegamos al invierno se mantienen en su mayoría aletargados todo el día: algunos sapos, tortugas, lagartos... y mi preferido, un escinco ápodo gigante Acontias plumbeus, un animal serpentiforme con pinta de longaniza y hocico de ornitorrinco que, desgraciadamente,se pasa el día enterrado.

El largo pasillo, en mi planta, desemboca en la sala-comedor, donde parece ser que a mediodía solo comemos los profesores más mayores... y yo, pues la mayor parte de la gente al parecer simplemente se come un sandwich delante del ordenador. Hay café a libre disposición del que lo quiera, 24/7 que es un detalle... "café" soluble, me temo, quiero decir.

Y ya para acabar, si el otro día os enseñé mi mesa, hoy os enseño lo que se ve, al sol de la mañana, por la ventana que me queda a la izquierda: un "white stinkwood" Celtis africana, una especie de almez, el árbol más plantado por el campus, que está empezando ahora a perder la hoja, y al que vienen de vez en cuando los bulbules encapuchados a comer sus frutos; y un tejado, en cuyo canalón está criando a deshora una pareja de palomas de Guinea. Y al igual que en Madrid con las grajillas, de vez en cuando subo la cabeza, las miro, nos miramos... y seguimos a lo nuestro.

2 comentarios:

  1. "Provecta"... que nivelón. :)

    Oye, pues me mola el rollito y la estética del entorno eh.

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    1. Nada, oye, la próxima postdoc que aparezca te la paso ;-)

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