martes, 23 de mayo de 2017

Hadadas madrinas

 Si bien en un principio era mi jefe el que iba a venir a esperarme ayer al aeropuerto, a última hora me avisó de que, por tener que asistir a un funeral en Ciudad del Cabo, no podría venir; y que mandaría alguien en su lugar. Esas "alguien" resultaron ser Klinette y Netanya, dos estudiantes de último año que pasaron el resto de la tarde enseñándome los distintos edificios del Campus que me podrían interesar (y que olvidé enseguida), presentándome a todo el mundo con que nos íbamos cruzando por el Departamento (me he olvidado de todos), y llevándome a sitios donde poder comprar algo de comida y cosas varias, para comenzar a instalarme (sería incapaz de saber llegar hoy); y terminaron invitándome a cenar, cosas todas ellas que les agradezco por escrito, sabedor de que seguramente jamás lleguen a leerlo. Hoy, a base de ensayo y error, he comenzado ya a moverme por mi cuenta, y a intentar establecerme en la ciudad: se me fue casi toda la mañana en abrir una cuenta corriente, intento que coroné con éxito; pero se me acabó luego la suerte cuando intenté conseguir un teléfono móvil y el Vodacom al que acudí siguiendo las indicaciones de Google resultó ser la sede de as oficinas de la empresa, y no una tienda. Resultó luego que había una dentro del propio campus y que el Maps no me indicaba, pero ya quedará para mañana...

Y entremedias de tantas idas y venidas, sigo tachándome pájaros a buen ritmo (pero con disgusto, porque me da vergüenza pararme y ponerme a dar saltitos o a seguirlos de un lado a otro, como haría en España; qué apuro, estar así a cada paso), y disfrutando de los que ya me había tachado ayer. Bichos como el ibis hadada Bostrychia hagedash de la mala foto de móvil de arriba, que se paseaba por la hierba junto a la acera como una paloma, y que vuelan en ruidosas bandadas al caer la noche sobre mi residencia, repitiendo sin cesar su grito onomatopéyico, camino del dormidero que tendrán en alguna parte... tantas cosas por descubrir e ir asimilando que veremos si me da tiempo a lo largo de la postdoc. Igual tengo que dejar de ir a currar...

2 comentarios:

  1. He mirado a ver cuánto de onomatopéyico era el ruido y es tremendo. Espero que al ir al dormidero se duerman, porque si no, no habrá quien pare.

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    1. Pues sí, la verdad. Lo malo será como les dé por hablar en sueños...

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