lunes, 6 de marzo de 2017

De cómo rechacé otro trabajo...

¿Qué, espantados por mi revelación de ayer? ¡No se vayan todavía, que aún hay más! Ayer nos quedamos con la idea (espero...) de que, después de todo, no tenía tanto delito decirle que no a un trabajo fuera de la investigación cuando la situación (aún) no era desesperada (de nuevo)... pero hoy os voy a contar cómo le dije que no a una postdoc "de verdad". EvolDir (también disponible en formato de lista de correo, mucho más agradable) es mi principal fuente de información sobre ofertas postdoctorales, cursos, congresos y demás. Y si bien al principio me fijaba solo en las ofertas que más me llamaban la atención, a medida que el 16 de septiembre de 2013 fue quedando atrás empecé a disparar de forma un tanto indiscriminada a todas aquellas ofertas en que pudiese casar mínimamente, de forma que más de una vez, al recibir un correo con el consabido "lamentamos comunicarle que, finalizado el proceso selectivo, no se encuentra usted...", no tenía ya ni idea del tema de la oferta fallida. Y lo mismo me pasó cuando, hace unas semanas, en vez de un "no" recibí un correo con algo mucho más alarmante: un "sí". Pero un "sí" extraño, pues nos ofrecían el trabajo, a mí y a otros cinco, basándose únicamente en nuestro CV, sin entrevistas ni nada; y nos pedían que si podíamos empezar en un par de semanas, pues miel sobre hojuelas. Revisé la oferta original para ver de qué iba, y me encontré con un texto bastante confuso y escueto en que se nos invitaba a investigar en un país tropical aplicando unas técnicas de las que en realidad yo no tengo apenas idea... Y no es que, como bromeaba con Álex, tuviese miedo de llegar allí y despertarme al día siguiente en una cama ensangrentada con un riñón de menos, pero sea como fuere, me dio mala espina; y es una opinión extendida que en esto de las postdocs (tanto desde el lado del candidato, como del del empleador) hay que fiarse del instinto y las primeras impresiones. Así que decliné amablemente la oferta, y me quedé esperando a que otra postdoc me hiciese tilín...

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