martes, 6 de diciembre de 2016

A ver... lín (Go East, I)

The Boxers
 ¿Hubiera ido a Berlín el puente del 1 de noviembre, de no haber estado Adrea allí? Lo dudo bastante. Y posiblemente hubiese tardado mucho más en ir. O tal vez no hubiese ido nunca, a saber...

Puerta de Brandemburgo
 Las raras ocasiones en que empleo los días de ocio en ver ciudades, en vez de en salir al campo, busco la espectacularidad: ver obras humanas asombrosas o refinadas; bellas, en resumen, ya sean antiguas o modernas. Y en Berlín, por todo lo que ya sabemos que ha pasado allí, pues de eso queda más bien poco, al menos por la calle.

Reichstag Congreso Mundial del Selfie
 Poco, discreto, y además muy solicitado: la ciudad estaba hasta arriba de gente. Gente que en su mayoría supongo que va a Berlín, tal vez como tú que ahora me lees, no por ver lo que hay, sino por estar donde pasaron tantas cosas. Pero sin querer quitarle a la ciudad la relevancia capital que ha tenido en la Historia del S. XX, eso me temo que es algo que no me atrae tanto...

 Me hizo gracia, y pensar a la vez, que de hecho mucha gente viene a Berlín en pos de un cierto ambiente perrofláutico-izquierdoso (no es un juicio de valor; no se me ha ocurrido una forma mejor de explicarlo, acepto sugerencias) que traspira un poco por todas partes. Y sin embargo, si el Muro sigue importándonos es porque se vino abajo: en 2016, el Muro tiene sentido porque, a pesar de que la agonía del Comunismo es tan larga que nunca parece terminar de desaparecer, hay gente sonriendo, haciendo el payaso y sacándose fotos con él.

Kaiser-Wilhelm-Gedächtnis-Kirche

 Y con las cenizas de una guerra, diseminadas aquí y allá a lo largo y ancho de una ciudad que sigue rebrotando con ganas, como rebrotarán en primavera los árboles del Tiergarten. Fui a Berlín, como ya dije, de forma accidental: porque coincidió que Andrea estaba allí, y no en otro sitio. Pero volví a Dijon contento de haber ido, mucho. Y tal vez lo que os vaya enseñando en las próximas entradas no sea lo que la mayor parte de la gente va a buscar a Berlín... pero, queridos lectores, ya sabéis que a veces no soy de la mayor parte de la gente. Y supongo que por eso me leéis.

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