jueves, 5 de mayo de 2016

La isla que se cargó Darwin

Jueves de la Ascensión, festivo en Francia. Dijon amanece radiante y oliendo a lilas, prometiendo un mediodía de manga corta y vencejos gritones. Y yo aprovecho, y voy a hablaros de Ascensión... pero de la isla. Una isla de la que yo no sabía apenas nada: que pertenece al Reino Unido, que tiene una especie de rabihorcado endémica que probablemente no vea nunca, y poco mas. Y entonces, muy a propósito de la fecha, descubro a través de Experientia docet este artículo en español de la BBC. Y ahí me entero de, entre otras cosas, la curiosa historia que da nombre a esta entrada, y que os resumo: Ascensión resulta ser una isla volcánica de lo más reciente, apenas un milloncejo de años. Y tan aislada está en el centro del Atlántico, que apenas ha llegado nada que pueda crecer allí. Cuando fue descubierta, la isla era básicamente una montaña negra, con apenas unos cuantos hierbajos y helechos creciendo entre las rocas, al abrigo del viento y sorbiendo mal que bien la humedad de las nieblas marinas. Así de "desolada" era cuando Darwin la vio al hacer escala en ella, camino de Inglaterra tras dar la vuelta al mundo, y en conversaciones posteriores con su amigo del alma el botánico Joseph D. Hooker, decidieron la manera de transformar la isla, para "mejorarla" a los ojos de un europeo: la idea en la que embarcaron al gobierno consistió en llenarla de árboles, de árboles adaptados a las regiones más duras de la Tierra, que de forma natural no habrían podido dispersarse hasta la isla. La idea era que los árboles, comenzando a crecer en la cumbre de la montaña, capturasen la humedad del aire y retuviesen una especie de bruma que a su vez humedeciese el suelo, permitiendo el desarrollo de más vegetación... y así sucesivamente, hasta que la isla se convirtiese en una especie de bosque "autorregado", donde fuese más sencillo conseguir agua dulce o cultivar. Una idea audaz de dos científicos perspicaces, y que además salió bien: la isla se fue poblando de eucaliptos australianos y mezquites y araucarias americanas, el proceso se puso en marcha, y buena parte de la isla es hoy un bosque, un bosque además cubierto de nubes. Pero un bosque terriblemente disfuncional: citando el artículo que enlazo, "en este momento es un lío desordenado de especies invasoras. Unas tras otras se vuelven dominantes o se van muriendo". Un campo de batalla en toda regla, vamos. Y entremedias, como daños colaterales, con lo que acabaron fue con los "hierbajos y helechos" que había antes: especies muy modestitas, pero que de haber tenido tiempo suficiente seguramente habrían ido evolucionando, generando formas de mayor porte, y a la larga transformando Ascensión en un bosque, calcando el proceso que Darwin supo brillantemente intuir y forzar, pero de una forma que, de haberlo pensado, seguramente le hubiera gustado mucho más...

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